Por la noche, la piel se centra en el proceso regenerativo, por lo que presto especial atención a la limpieza para dejarla preparada para regenerarse con ayuda de productos hidratantes. A continuación os muestro mi rutina facial nocturna.
Apuesto por aceite desmaquillante para eliminar el maquillaje de mi piel. Lo deposito en las manos y después masajeo todo el rostro con él. Me gusta el de la línea Sensitive Camomille de Yves Rocher, ya que emulsiona bien con agua y me permite no depender de algodones, muselinas o toallas.
Después del aceite desmaquillante, aplico un producto limpiador en gel para terminar de retirar posibles restos de maquillaje, protección solar, sebo, suciedad, polución o del propio aceite. Repito con el gel que utilizo en mi rutina de mañana porque limpia mi piel suavemente, sin irritarla ni resecarla. Es también de Yves Rocher, de la línea Pure Calmille.
Al igual que en mi rutina facial de mañana, a veces utilizo contorno de ojos por la noche. El producto es el mismo, de la marca Avril.
En el resto del rostro utilizo el sérum Propolis Power 10 de It’s Skin. Este sérum destaca por tener propóleo, extracto de miel, ácido hialurónico y niacinamida; lo que le confiere propiedades cicatrizantes, antibacterianas, hidratantes e iluminadoras. Es un producto bastante líquido que se absorbe muy bien en la piel.
A continuación, aplico la Crema Facial de Caléndula de Weleda. Es calmante y ayuda a mantener la hidratación.
En la crema mezclo unas gotas de Aceite de Borrajas de la marca The Ordinary. Este ingrediente es hidratante, y además le confiere emoliencia a la crema, que es más bien densa.
Hasta aquí mi rutina facial de noche. ¿Qué os ha parecido?
Gracias por leerme.